Este
8 de marzo con enorme emoción y orgullo, tenemos que decir que las mujeres en
el mundo cumplimos la tarea. Hemos retomado, y de qué manera, la tradición de
lucha del día internacional de la mujer trabajadora.
Por el SI de la
LIT-CI
Miles
de mujeres y hombres, de oriente a occidente y de norte a sur del
planeta, tomamos las calles. Al grito de no más feminicidios; no más
violencia contra la mujer; abajo el machismo y la explotación, se sumaron
todos los demás reclamos: derecho pleno y gratuito al aborto, a trabajo
igual salario igual, contra los planes de austeridad y los recortes a los
derechos de las y los trabajadores, que en todos los países se están aplicando como
parte de la guerra social impulsada por el imperialismo y sus gobiernos
lacayos.
¡Huelga
general ya! gritaban en Argentina en una Plaza de Mayo colmada hasta las calles
adyacentes ¡Abajo la reforma a las pensiones, Fuera Temer!, replicaban en
Brasil ¡Fuera Trump, fuera las bases imperialistas!, resonaba en Manila,
Filipinas.
Movilizaciones
gigantescas, en Madrid, Barcelona, Montevideo, São Paulo, México, Polonia y,
por supuesto, en Buenos Aires. Concentraciones importantes en Portugal,
Bélgica, Ucrania, Asunción, Santiago de Chile, y muchos otros países,
hasta pequeños mítines. Corte de rutas desde temprano como en Barcelona,
paralización por algunas horas de limpiadoras y jardineras en
Rivas-Vaciamadrid, paralización de turnos, asambleas y paralizaciones obreras
en la zona fabril de São José dos Campos, paro docente estadual y municipal de
São Paulo, paro de las madres comunitarias en Colombia, paro de
profesoras en New York, paro de Alitalia desde las primeras horas de la
mañana hasta las 21:00, paro de 24 horas del transporte público en Roma y la
Toscana, paro ferroviario, en Italia. En Argentina la lucha empezó el 6
con paros docentes, siguió el 7 con movilizaciones convocadas por las tres
centrales obreras, y culminó el 8 con las movilizaciones y paralizaciones Con y
Por la mujer, todas multitudinarias.
No
pretendemos aquí hacer un balance profundo de la jornada. Pero sí expresar el
sentimiento de alegría por la lucha, alegría por recuperar de nuevo esta fecha
que nació ligada a la lucha de las obreras, de las trabajadoras explotadas y
oprimidas por el capitalismo desde finales del siglo XIX y comienzos del XX.
Esa lucha histórica de la clase obrera que dio origen al 8 de marzo y al 1 de
mayo, esa fecha que en 1917 dio inicio con un huelga de mujeres obreras en
Petrogrado, en la Rusia zarista, a la revolución obrera más grande de la
historia. Esa fecha que la burguesía mundial ha querido convertir en un día
para regalar rosas y bombones, eliminando su carácter combativo y
anticapitalista, su carácter de clase. Es motivo de enorme satisfacción que en
países como EEUU que perdió la tradición de estas dos fechas, este 8 de marzo
se expresó con movilizaciones, asambleas y actividades en distintos puntos del
país, la garra de las trabajadoras para recuperar su historia; no fueron
tan espectaculares como las del 21 de enero, pero hacen parte del proceso, del
renacer de esas temidas palabras que hacen temblar de miedo a la
burguesía imperialista: lucha de clases.
Este
8 de marzo fue distinto y queremos que lo siga siendo, que la lucha de las
mujeres contra la enorme desigualdad social, porque son las primeras que la
sienten, se siga desarrollando. Esa lucha que viene creciendo en todo el mundo
junto con la lucha de los explotados, de los más oprimidos: las mujeres
trabajadoras y campesinas pobres, las poblaciones marginales de las grandes
urbes, los trabajadores inmigrantes, los negros, se unan en un solo haz. Porque
tenemos un enemigo común, el imperialismo y los gobiernos burgueses que en todo
el mundo nos quieren llevar a la barbarie. Este día mientras el mundo se
levantaba contra la violencia hacia las mujeres, murieron en Guatemala víctimas
de un incendio, 19 jóvenes y adolescentes de un centro de menores, cuando
protestaban por los abusos sexuales y físicos que sufrían. Hechos como este
alimentan nuestro coraje porque esta es la situación que viven a diario
millones en el mundo y que este sistema capitalista reproduce sin cesar.
Desde
la LIT-CI, queremos decir a todas las mujeres y hombres trabajadores que se movilizaron,
que tenemos gran orgullo, porque sin vacilar apoyamos el llamado al paro
internacional y todas nuestras secciones en el mundo de manera unificada
trabajamos incansablemente por hacer de este 8 de marzo un día memorable.
Tenemos orgullo de haber contribuido para que el paro de la producción,
total o parcial en algunas empresas fuera un hecho. Lo hicimos desde los
sindicatos, exigiendo a las centrales sindicales que pararan, proponiendo que
los sindicatos de mayoría femenina lo hicieran para marcar la pauta. Lo hicimos
desde la madrugada a puerta de fábrica con mítines y asambleas y lo hicimos con
nuestro llamado unitario y nuestra participación en las marchas. Tenemos
orgullo de ser una Internacional que está al lado de la mujer trabajadora, que
hace parte de sus luchas y de las de la clase obrera y tenemos orgullo de
llamarnos revolucionarios SOCIALISTAS, porque sabemos que este día no termina
aquí, que tenemos una tarea enorme por delante, la tarea de todos los días de
construir en cada lucha, en cada batalla, esos partidos obreros y la
Internacional capaz de repetir una historia: la historia de la revolución
obrera rusa de 1917 que liberó a la clase obrera de la explotación y a la
mujer de la opresión.
¡Viva la lucha de la mujer trabajadora!
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