20 oct 2011

ESPECIAL TIPNIS - Violencia y represión a indígenas: ¡EVO SABÍA!

La represión a los marchistas del TIPNIS además de abrir una crisis sin precedentes en el gobierno, generó profundo malestar en la policía. Sin embargo, el gobierno ya venía metiendo la pata desde antes. Frente al cuestionamiento de los indígenas sobre la inconstitucionalidad de la carretera ya que no se había hecho la consulta previa, Evo respondió asegurando que la carretera pasaría “si o sí” por el territorio indígena del TIPNIS. Después puso en marcha una estrategia de descalificación múltiple, con acusaciones de que era una marcha financiada por USAID y después dijo ser organizada por el gonismo. Además intentó por lo menos dos veces dividirlos, reuniéndose con otras comunidades del interior del TIPNIS y poniendo masistas colonizadores para bloquear el paso de los marchistas en Yucumo.


El gobierno se había metido en un callejón sin salida. No logró doblegar a los indígenas y pero tampoco quería retroceder, fue encaminándose a una salida de fuerza. La represión fue tan “inédita” y brutal, que no pudiendo ser justificada, recibió de parte de sus autores políticos la excusa de que EVO NO SABIA. Lo más chistoso era que nadie del gobierno sabía de dónde había venido la orden. La renuncia del ministro Sacha Lorentti fue solamente una maniobra para calmar las aguas e intentar hacer creer que el Presidente, que no permite un paso de su gabinete sin su consentimiento, no sabía que la policía iba a reprimir violentamente a los indígenas. Cómo esta versión solamente agitaba las aguas, Evo empezó a decir que la culpa era de la Policía, que algunos “malos policías” querían dañar la imagen del presidente. No obstante, no hace mucho el gobierno había proclamado a las FF.AA y la policía, como “revolucionarias” y “amigas” del proceso de cambio. Además siempre tuvo una política especial para éste sector en la cuestión salarial y de infraestructura y nuevos materiales. Evo siempre buscó mantener el apoyo de la alta oficialidad de la policía y sectores militares, exactamente para mantener su lealtad cuando la necesite. Su política es la misma que la de cualquier gobierno burgués, cuando no logra convencer con el diálogo, usa la represión. Por eso, los hermanos indígenas, los trabajadores, las bases del MAS, deben darse cuenta que la orden vino desde el gobierno, y si no ha sido dada directamente por Evo, él la conocía y no la impidió. Es decir, o es el autor o cómo mínimo es cómplice, lo que lo pone en la historia cómo el primer presidente indígena que permite la represión de indígenas que luchan en defensa de su territorio y la Constitución Política del Estado (derecho a la consulta previa).

La baja oficialidad, los soldados, fueron abandonados por su comandante mayor (el Presidente) tras haber cumplido la orden enviada desde el gobierno. En el ojo del huracán de las movilizaciones que sacudieron al país rechazando la represión, se abrió descontento y crisis en las filas policiales.

El malestar en la Policía

“Es muy grave, quiero que se investigue, siento que hay algunos policías que no quieren al Presidente, que no quieren al Gobierno, y se aprovechan de este tipo de movilizaciones para calumniar”, sostuvo Evo días después de lo sucedido. Las declaraciones generaron susceptibilidades y descontentos en las filas policiales. Aparecieron varios policías en la prensa, rechazando las declaraciones de Evo y contestando que la policía solamente cumplió órdenes. Las esposas de los policías representadas por Guadalupe Cárdenas, exteriorizaron el malestar en las filas verde olivo contra el "manoseo político" del gobierno y la incapacidad del Comando General de la Policía para defender a los uniformados que cumplieron órdenes superiores. Además éstas señoras ahora se sumaron a los marchistas del TIPNIS y les pidieron perdón por lo que había sucedido, pero aclararon que sus esposos solamente cumplieron ordenes. Ante ésta situación y para impedir vientos de motín en la policía, el subcomandante de la Policía, general Oscar Muñoz, fue suspendido de sus funciones para ser sometido a una investigación por la represión a la marcha indígena. Y hay amenazas de represalias a varios uniformados de base. Ésta situación tiende a profundizarse ya que los choques entre movimientos sociales y gobiernos es cada vez más creciente, siendo el uso de la violencia y represión un recurso más recurrente de parte del gobierno.

Frente a eso hay un importante debate a afrontar en la actual situación que es ¿cómo deben actuar los revolucionarios socialistas para impulsar las crisis y malestar dentro de la policía a favor de la lucha de la clase trabajadora y del pueblo?

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