11 nov 2011

Ante el descontento con el gobierno y el MAS: Construir una alternativa de izquierda, Obrera, Indígena, Popular y socialista

 La violenta represión a los marchistas el 25 de septiembre en Yucumo, caló fondo en el pueblo boliviano, dio la vuelta al mundo, y puso al gobierno de Evo Morales y al MAS, en una crisis sin precedentes. El dolor, silencio, duda y cuestionamiento se extendieron dentro de las bases del MAS y generaron la caída de funcionarios y Ministros del gobierno.

La gente dolida se preguntaba el por qué de la violencia ya que los pueblos indígenas solamente defienden sus derechos y reivindican la Constitución. Como un rastillo de pólvora, la gente se llenó de indignación y las movilizaciones de solidaridad se extendieron por todo el país, teniendo su punto alto en el paro nacional convocado por la COB el 28 de septiembre. El desafío de mantener las bandera de los derechos de los pueblos indígenas y de su autodeterminación, traicionada por el gobierno y dirección del MAS, es una tarea que solamente la izquierda revolucionaria y socialista con los trabajadores y el pueblo, pueden llevar adelante.

Gasolinazo y Tipnis desnudan el “Modelo de Evo y del MAS”

El fallido gasolinazo y el actual conflicto por el TIPNIS está poniendo en evidencia el carácter de las medidas del gobierno de Evo. No obstante, a muchos aun les costa creer que es de la mano del primer presidente indígena y la primera Asamblea Legislativa Plurinacional, que se profundiza el modelo capitalista dependiente y colonizador.

Las transnacionales siguen mandando en el país

El “modelo de Evo” para supuestamente desarrollar al país y reducir la pobreza es obtener cada vez más renta petrolera o minera. Para eso no expropia a las transnacionales que operan en el país y pone los recursos naturales bajo el control de los trabajadores y pueblo boliviano, lo que sería un modelo anticapitalista ya que el imperialismo se expande a través de sus empresas transnacionales, además sería la recuperación total de nuestra soberanía ya que no dependeríamos del capital externo (las llamadas “inversiones extranjeras”, que en verdad son saqueo extranjero). Evo Morales cómo un gobierno capitalista va en el sentido contrario, está entregando todas las áreas de exploración petrolera a las transnacionales y para lograr mayor presencia de las transnacionales en el país, el gobierno saca leyes, decretos y firma acuerdos que pisotean los derechos de los pueblos indígenas, y sitúa a los trabadores en peores condiciones de vida.

El verdadero trasfondo del gasolinazo y de la carretera por el TIPNIS:


Queda claro, que las dos medidas más impopulares del gobierno tienen el mismo trasfondo, entregar áreas para la exploración petrolera a las transnacionales. La desesperación es tanta que tras el fracaso del gasolinazo, Evo anunció a las petroleras que el Estado devolvería el 100% del dinero invertido en la exploración de nuevas áreas petroleras y gasíferas si es que esas empresas no encontraban nada. Ahora con la carretera, otra vez el gobierno da señales a las transnacionales de su predisposición de facilitarles la vida para sus negocios y ganancias. No es casual que Evo repita una y otra vez que de las 16 reivindicaciones de los marchistas hay dos que no pueden ser atendidas: la suspensión definitiva de la construcción del tramo II de la carretera (que atraviesa el TIPNIS) y la suspensión de las actividades petroleras en la región.

Se entrega territorio indígena

El Territorio lndígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), cuando fue reconocido como TCO (Tierras Comunitarias de Origen) tenía una superficie de 1.225.347 hectáreas. Pero en el 2009, el gobierno del presidente Evo Morales redujo esa superficie a 1.091.656 hectáreas.

Hubo un cambio significativo en la política del gobierno sobre la cuestión de la tierra, y esa es la base del gran descontento de los pueblos indígenas con Evo Morales. Por un lado viene aprobando leyes como la de revolución agraria y productiva, que es un verdadero incentivo al latifundio y agroindustriales; por otro, viene ampliando la frontera hidrocarburífera, que creció de 3 millones de hectáreas en 2005 a 12 millones en 2010, de éstas, la mayor parte, aproximadamente 11 millones de hectáreas son para exploración y están ubicadas en territorios indígenas (TCO) y áreas protegidas. Convirtió en bloque petrolero más de 690.000 hectáreas del Parque Nacional Madidi; 723.000 hectáreas, del parque nacional y territorio indígena Isiboro Sécure; 154.000 hectáreas, del Parque Nacional Aguaragüe; 100.000 hectáreas del área de manejo integrado de Iñao.

Los marchistas del TIPNIS se oponen a esas acciones, rechazan el “modelo de Evo y del MAS” que está basado en liquidar las TCOs y áreas protegidas para entregarlas a las transnacionales. Para obtener mayores rentas petroleras y mineras, el gobierno está poniendo a Bolivia en un grado mayor de dependencia de las transnacionales imperialistas.

El MAS contra los pueblos indígenas se está resquebrajando

El MAS como Instrumento Político de los Trabajadores para la Soberanía de los Pueblos está muerto. Ya no se puede hablar de soberanía de los pueblos cuando se usa la represión y la violencia para disuadir una marcha. La esencia indigenista y sindical con que nació en 1995 ya se perdió hace mucho. El MAS en el ejercicio del poder se está resquebrajando. Cada vez más se profundiza el abismo entre la dirigencia y las bases, actualmente el partido no pasa de una máquina partidaria comandada por el gobierno y con una estructura absolutamente vertical, al molde de los partidos tradicionales. Eso no significa que no siga moviendo a enormes masas campesinas e indígenas. No obstante, varios de sus fundadores ya se fueron del partido a construir otros frentes políticos.

El año pasado, los paros en Caranavi y Potosí, regiones históricas del MAS, pusieron en contradicción a los dirigentes masistas y el gobierno. Lo mismo pasa ahora con el conflicto del TIPNIS. A cada movilización donde se cuestiona medidas del gobierno, Evo exige a la dirigencia del MAS ponerse a favor del gobierno y en contra de la lucha. Además el gobierno saca un arsenal de descalificaciones y mentiras para deslegitimar a las movilizaciones y sus dirigentes, y utiliza a sectores del MAS para enfrentarse a los movilizados.

Sin embargo, hay un latente malestar y frustración en las filas obreras, indígenas, campesinas y en la juventud, respecto al gobierno y sus medidas. Por lo que se abre la posibilidad de mayores enfrentamientos entre sectores sociales y el gobierno. Frente a eso, el papel del MAS será cada vez más reaccionario porque defiende los intereses del gobierno, que a su vez está defendiendo nuevos negocios para las transnacionales. El MAS, al ubicarse con el gobierno y en contra de los pueblos indígenas en la lucha por el TIPNIS, cumple un papel reaccionario, porque se opone a los sectores más progresivos: la lucha permanente de la clase obrera, campesinos y pueblos indígenas. Como resultado, perdieron su bancada de diputados indígenas y el apoyo de pueblos originarios, que con lágrimas en los ojos aseveran: “ya no le creemos a Evo Morales”.

El chantaje del discurso de golpe y vuelta de la derecha

Para justificar su ubicación reaccionaria en contra de las movilizaciones, el gobierno y la dirigencia del MAS vuelven a agitar el viejo discurso del retorno de la derecha. El verdadero propósito es justificar sus políticas y exigir a los movimientos sociales un apoyo incondicional al gobierno.

En el caso de la carretera quieren ocultar que su construcción es una traición más a los pueblos indígenas. Quienes le siguen el juego a la derecha no son los marchistas, como recurrentemente los acusa el gobierno, sino que es el propio Evo Morales y los dirigentes del MAS. Ellos engañaron a los pueblos indígenas, a la juventud, a los trabajadores y al pueblo. Los empresarios, agroindustriales y la banca ya no se quejan, van muy bien bajo el gobierno de Morales. A los que son afectados por sus medidas, como los trabajadores cuando plantearon aumento de salario y ahora los pueblos indígenas, el gobierno les tilda de estar con la derecha. Lo que quieren evitar con estas calumnias es que la gente que está haciendo la experiencia con el gobierno, construya una salida a la izquierda de Evo y del MAS. Éste es el gran desafío que tenemos los trabajadores y pueblos indígenas que estamos descontentos con la política capitalista y pro imperialista del gobierno.

Construir una alternativa de izquierda

Muchos hermanos trabajadores, campesinos, indígenas y también la juventud, ya se dan cuenta de la traición de Evo Morales, y que no es un gobierno de izquierda. Sin embargo, quedan temerosos frente al discurso oficialista de que no hay alternativas después de Morales, y que por lo tanto va volver la derecha. Los centenares de compañeros y compañeras que están desilusionados, necesitan construir una alternativa de izquierda al gobierno y al MAS para impulsar este proceso de ruptura que empieza a darse.

Es cierto que hay un avance en la conciencia pero ese proceso no es acumulativo y lineal, y tampoco se traducirá automáticamente en la construcción de una alternativa al MAS. A los varios sectores que empiezan a romper con el gobierno y el MAS, que les proponemos?. Desde el Grupo Lucha Socialista creemos que la tarea más importante es la construcción de un nuevo Instrumento Político de los Trabajadores (IPT) y pueblos indígenas, que recupere las banderas traicionadas por el MAS.

El reciente XXXI Congreso Minero de Potosí, aprobó construir una alternativa de izquierda, un nuevo IPT. La dirigencia de la FSTM tiene todas las condiciones objetivas para hacer cumplir la propuesta de los mineros de base, más aun cuando puede reunirse con la CIDOB, COB, y organizar un foro de debates por la construcción de una alternativa al MAS. Para eso hay que acoger a trabajadores, indígenas, campesinos y estudiantes, porque la clase trabajadora solo podrá ser dirección de la revolución socialista si incorpora las reivindicaciones de estos sectores y apoya sus luchas. Este foro debe ir debatiendo el programa que debe tener este Nuevo IPT, un programa antiimperialista, anticapitalista, y al servicio de la revolución socialista y por la autodeterminación de los pueblos indígenas.

Desde el Grupo Lucha Socialista, estamos abiertos a discutir esta propuesta con cualquier compañero o compañera interesados, asimismo presentamos una pequeña propuesta al debate sobre el programa para las necesidades de la clase trabajadora, pueblos indígenas y juventud, o sea, el programa que debe asumir un Nuevo IPT para que sea una alternativa de izquierda, revolucionaria y socialista:

• ¡Todo el apoyo a las luchas!
• Que la dirigencia de la COB y de la FSTMB rompan las mesas de diálogo y negociaciones con el gobierno, y se pongan contundentemente al lado de las luchas que cuestionan al gobierno. En defensa de los intereses de los trabajadores.
• Por la Independencia política de los trabajadores frente al gobierno. Por una dirigencia combativa y no oficialista. Fuera las manos del gobierno de los sindicatos y movimientos sociales. El gobierno coopta con autos, sedes, y viáticos para sostener apoyo a sus medidas. Si los trabajadores, campesinos e indígenas se oponen, son perseguidos, calumniados y criminalizados. ¡No a la criminalización de los movimientos sociales!
• ¡Por un verdadero Gobierno de los trabajadores, campesinos, indígenas y del pueblo, contra el imperialismo y la burguesía! ¡Por una Bolivia Socialista!
• ¡Abajo al imperialismo! No a la recolonización del país a través del saqueo de nuestros recursos naturales. Por una verdadera nacionalización de los hidrocarburos y minería bajo control obrero y popular. Expropiación sin indemnización de las transnacionales. Industrialización de los recursos naturales para dejar de ser exportador de materias primas y generar fuentes de trabajo dignos.
• Por una reforma agraria radical que expropie los latifundios en el oriente y reparta las tierras a los pueblos indígenas, campesinos pobres y sin tierra.

El artículo está en nuestro periodico Lucha Socialista N° 26.

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