15 feb 2013

Por un IPT independiente del gobierno y de los patrones

CONGRESO DE FUNDACIÓN SERÁ EL 7 Y 8 DE MARZO EN HUANUNI.



Todas y todos los trabajadores, estudiantes y demás sectores populares están llamados a impulsar militantemente la construcción del Instrumento Político de los Trabajadores (IPT)


La actual dirección de la Central Obrera Boliviana, por primera vez en 60 años de la organización matriz, anunció la fundación de un Instrumento Político de los Trabajadores (IPT) y ha convocado a un congreso en Huanuni (aún sin fecha definida). Vale recordar que la reivindicación de un IPT viene desde hace tiempo atrás y fue ratificado como mandato orgánico en el XV Congreso de la COB de Tarija. Este mandato venía siendo postergado, por un lado, debido a las ilusiones que generó en varios sectores de base la subida del gobierno de Evo Morales, por otro, por el rol de las dirigencias tanto de la COB, Federación Sindical de Trabajadores Mineros (FSTMB) y de otras organizaciones sindicales, que de manera solapada continuaron colaborando con el gobierno de Evo y el MAS dando largas a la convocatoria para su fundación.

Finalmente, a presión de las bases principalmente de aquellos sectores que lucharon contra los ataques del gobierno, como mineros, fabriles, salud, maestros y otros se dio un paso importante convocando a su fundación en el pasado evento de Cochabamba el 17 y 18 de enero, decisión que debe consolidarse en el congreso de Huanuni.

Desde el Grupo Lucha Socialista (GLS, parte integrante de la Liga Internacional de los Trabajadores), nos permitimos presentar nuestras propuestas ante los trabajadores, en procura de aportar al debate sobre el tipo de Instrumento Político que necesitamos en éste momento para defendernos de los ataques del gobierno de Evo Morales y avanzar en nuestra organización, construyendo una herramienta de y para los trabajadores, independiente de los patrones y del gobierno, con un programa que priorice la lucha en las calles en defensa de los trabajadores, y con la estrategia de que los trabajadores gobiernen éste país a través de una revolución obrera y socialista.

Un inicio de reorganización sindical que busca una expresión política

Tras 7 años de gobierno de Evo Morales, si bien aún existen amplios sectores de la misma clase trabajadora, campesinos, cocaleros, y sectores indígenas que mantienen ilusiones en este gobierno y en el MAS, esas ilusiones ya no son las mismas. Hay sectores, minoritarios todavía, pero muy significativos que hicieron la experiencia con el gobierno y comprobaron su verdadero carácter. Comprobaron que, a pesar de haber surgido de los movimientos sociales y reivindicarse de izquierda, Evo Morales es un gobierno que protege y promueve los negocios de los empresarios, de las transnacionales, de los latifundistas y por lo tanto ataca a los trabajadores y pueblos indígenas. Es un gobierno que a pesar de la retórica anticapitalista, se confirmó en la práctica un administrador del Estado y del régimen capitalista, guardián de la explotación y desigualdad.

Con cada lucha enfrentando las medidas antiobreras y antipopulares de Evo, las ilusiones fueron transformándose en cuestionamiento y desconfianza. La resistencia al Código de Trabajo (reforma laboral propuesta por el gobierno) resultó en el primero paro obrero contra el gobierno de Morales. El gasolinazo, fue respondido con movilización de masas, las intenciones de prolongar la jornada laboral a los trabajadores en salud se respondió con huelga general del sector, y principalmente el conflicto por la nacionalización 100% de Colquiri hicieron caer la máscara del gobierno de Evo y del MAS que claramente salió a defender los intereses privados de los patrones cooperativistas aliados de las transnacionales. El cuestionamiento evolucionó en ruptura, a pesar del rol de las direcciones de la COB y de la FSTMB que oscilaron en posiciones centristas, manteniendo un silencio cómplice frente al gobierno, en algunos momentos y en otros apoyando y defendiendo abiertamente al gobierno, justificándose en defender el “proceso de cambio”.

Es la ruptura de las bases en lucha con el gobierno de Evo, lo que explica la presión de estas para obligar a sus dirigentes en cumplir con la resolución de los varios congresos minero, cobista, y de cabildos como el de Colquiri, de convocar a un IPT. Es la reorganización sindical buscando una expresión política porque ha confirmado que el MAS nunca representó sus intereses.

El nacimiento del IPT: un gran paso de la clase obrera y una derrota del gobierno que buscará controlarlo.

Las bases que enfrentaron al gobierno saben que los ataques no se detendrán y al contrario se profundizarán. El gobierno se prepara para imponer en la próxima cumbre de salud el aumento de jornada de trabajo en ese sector; los mineros ya conocen los varios proyectos de apoyo a los patrones cooperativistas, y si hay una caída de los precios de los minerales debido la profundización de la crisis mundial, Evo no dudará en ahogar lo poco que hay de empresas estatales para entregarlas a los patrones cooperativistas o a las transnacionales. No olvidemos que las nacionalizaciones mineras no fueron “voluntad” del gobierno, sino que fueron arrancadas con mucha lucha y muertos.

El IPT, es un llamado a la organización y acción política unitaria de los sectores en lucha, con potencial de convertirse en referente para aglutinar a los nuevos sectores que continuaran rompiendo con el MAS y el gobierno. Su nacimiento, dando a los trabajadores la posibilidad de organizarse políticamente por fuera del MAS ya es una derrota política para el gobierno. Por ello, con seguridad que el gobierno hará cuanto pueda para destruir y evitar su consolidación, sea a través de provocaciones en el congreso para evitar aprobar resoluciones, o sea a través de copar la dirección del IPT. Aquello plantea como tarea ante las bases, mantener la presión y vigilancia sobre sus dirigentes, obligándoles a no vacilar y definir con claridad y contundencia un perfil del IPT de lucha y enfrentado al gobierno, al MAS, a la patronal y las transnacionales.

¡Fuera las manos del gobierno! Por un IPT independiente y combativo.

El instrumento Político de los Trabajadores que se consolide y surja de Huanuni, debe tener como primer objetivo hacer frente a los ataques del gobierno y sus aliados (empresarios, transnacionales y latifundistas). Debe servir para que la clase obrera retome el protagonismo político y su lugar en la historia, para eso necesita ser un instrumento de fortalecimiento de la clase obrera, que priorice la acción directa en las minas, fábricas y en las calles, sin descartar tampoco la táctica electoral retomando la enseñanza histórica de las Tesis de Pulacayo, presentando candidaturas obreras surgidas desde las bases. En las luchas y en las elecciones, el IPT debe plantearse ser una alternativa de clase y combate, independiente del gobierno y de los patrones. Solamente así el IPT ganará el prestigio y la confianza de trabajadores, pueblos indígenas y juventud.

¿Con que programa, dirección y funcionamiento interno?


El IPT no puede repetir la trayectoria del MAS-IPSP, que nació en una lucha antiimperialista pero que siempre tuvo su programa orientado a llegar al gobierno a través de las elecciones. Éste fue el motivo por el cual el MAS-IPSP que nació en el medio de las luchas, en menos de una década se acomodó al régimen electoral y se transformó en un instrumento conducido por un “caudillo” que es Evo Morales, sin democracia interna, para administrar al estado capitalista burgués. El MAS nació distorsionado en el contenido y en la forma.

El IPT como partido político propio de los trabajadores necesita tener un programa que apunte a defender los intereses de los trabajadores, y eso sólo es posible adoptando un programa antiimperialista, anticapitalista, que tenga la estrategia de que los trabajadores aliados a los campesinos e indígenas gobiernen éste país a través de una revolución obrera y socialista. Un IPT que no haga ningún pacto o acuerdos con la patronal o el gobierno, que mantenga su más absoluta independencia de clase y que sea financiado con el aporte de los trabajadores militantes.

Su funcionamiento interno debe ser lo más democrático posible porque surge en una situación política que va reunir a los trabajadores que ya rompieron con el gobierno, pero debe estar abierto para acoger también a otros sectores que aunque hoy aún mantienen ilusiones en el gobierno, al calor de las luchas llegaran a romper con este, debe estar abierto para acoger a los sectores que no están organizados en la COB pero que luchan y se enfrentan al gobierno, como los pueblos indígenas organizados en la CONAMAQ, en la CIDOB, juventud y otros sectores populares que estén de acuerdo con sus principios y programa, debe estar abierto también a la participación de las organizaciones políticas de la izquierda revolucionaria que nunca estuvieron con el gobierno.

La construcción del IPT dependerá de la participación activa de las bases, y para eso hay que garantizar los mecanismos y espacios de participación, así mismo el derecho a voz y prensa de todos los sectores integrantes del IPT. Las bases deben controlar la dirección: los dirigentes deben estar obligados a hacer cumplir el programa votado para el IPT; deben estar sometidos a revocabilidad de mandato si van en contra el programa aprobado; asambleas mensual del IPT con la participación de todos los sectores que lo integran para decidir las tareas concretas; asambleas de las bases en las minas, fabricas, escuelas, universidad, etc., de forma permanente para tomar las decisiones que la dirección debe llevar adelante; rendición de cuentas permanente a las bases.

Por una dirección del IPT a la altura de las necesidades de las bases

La dirigencia de la COB, FSTMB y otros sindicatos, ya titubearon varias veces frente al gobierno. Ahora “empujados” por las bases a construir el IPT, es probable que vuelvan a titubear en esta histórica tarea. Es de esperar que propongan que el IPT se declare “neutral”, ni a favor ni en contra del gobierno; puede ocurrir que por presión de las bases funden el IPT pero después lo dejen en el olvido para no ser un instrumento de combate al gobierno, ó no cumplan los plazos legales para que el IPT presente candidaturas obreras que enfrenten al MAS. Sin embargo, hay algo seguro: las bases que ya hicieron la experiencia con el gobierno están convencidas de que necesitan un IPT suyo, no un sostén para Evo Morales. Ésta es la mayor de las necesidades hoy de los(as) trabajadores(as) bolivianos(as), y la dirección del IPT tiene que estar a la altura de ésta necesidad. Por eso, la pelea de todas las peleas es votar que el IPT es independiente del gobierno y de los patrones; que combatirá las medidas del gobierno en las minas, en las fábricas y en las calles; que presentará candidaturas propias obreras, discutidas y decididas en las minas y fábricas, y que serán candidaturas que enfrenten a la derecha y al gobierno. Las bases deben resolver la revocatoria y suspensión inmediata de cualquier dirigente que incumpla estos mandatos.

La Paz, 14 de febrero de 2003
Grupo Lucha Socialista-LIT


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El POR rechaza el IPT: Un crimen a la clase trabajadora y un servicio al gobierno

La dirección del POR hace lo opuesto de lo que nos enseñaron Marx, Lenin y Trotsky. Primero, frente a un proceso de experiencia con un gobierno de conciliación de clases en que un sector de los trabajadores presionan a sus direcciones para construir un IPT, la dirección del POR contesta: “no hace falta un IPT, vengan al POR, nosotros somos el camino, la verdad y la luz, somos el partido revolucionario, entonces no hace falta que ustedes quieran construir una alternativa al gobierno y al MAS”. Confunden la dirección con el movimiento (base) y caen en un sectarismo y autoproclamación que nada tiene que ver con el trotskismo.

Por otro lado, con una fraseología muy radical facilitan la vida de la burocracia dirigente, al abstenerse de combatirla junto a las bases. El POR dirige la Federación Departamental de Trabajadores en Educación de La Paz, Oruro y Cochabamba, el Sindicato de Trabajadores de la Caja Nacional de Seguridad Social (CASEGURAL) de La Paz, y va defender en las bases de estos sectores que no vayan al congreso de fundación del IPT y no den la pelea para que sea un IPT con independencia frente al gobierno y los patrones. El abstencionismo no ayuda a desenmascarar a los dirigentes reformistas, más bien los beneficia. Otro argumento del rechazo al IPT es que será un aparato electoral, que aquello ocurra dependerá mucho de la relación de fuerzas entre las clases en los próximos años, pero ellos se rehúsan de antemano a dar la pelea para que eso no pase. Además si el POR viniera al congreso del IPT a pelear para que las candidaturas obreras sean para combatir al gobierno y los patrones, ¿eso no sería aprovechar el espacio de las elecciones para combatir a los representantes de la burguesía como hicieron con el bloque minero en 1947? El “radicalismo” del POR en cuanto al tema de los revolucionarios y las elecciones va de patadas con las enseñanzas de Lenin y Trotsky.

Además cómo el gobierno y el MAS no quieren que salga un IPT independiente del gobierno y de los patrones y para eso van utilizar sus agentes en el movimiento obrero, la postura del POR es un servicio al gobierno y por consiguiente un crimen a la clase trabajadora. Tras un discurso radical, “purista”, el POR reúne sectarismo y oportunismo y le hace el juego a la burocracia y un gran favor al gobierno. Eso es lo opuesto del trotskismo. Por ese es importante rechazar esa postura sectaria y convocar a todas y todos los trabajadores y la juventud, a ser parte del IPT y militar activamente por su construcció

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