Delegado del Grupo Lucha Socialista interviene en plenario por el PT de lucha, democrático e independiente del gobierno y patrones. |
Convocado por la
histórica Central Obrera Boliviana (COB), el 7 y 8 de marzo de 2013 se realizó
el “Primer Congreso Nacional Político Sindical de los Trabajadores de Bolivia”.
El mismo dio nacimiento a un nuevo partido obrero, el Partido de los
Trabajadores (PT), concebido como un Instrumento Político propio de
los trabajadores.
Estamos delante de un hecho histórico y sumamente progresivo, pues la fundación del PT, con todos los límites que posee, es el resultado de la experiencia de la vanguardia obrera con el gobierno de conciliación de clases de Evo Morales, que lleva 7 años en el poder. Es el pico de todo un proceso de reorganización política por la base que, en perspectiva histórica, se constituye en el hecho más importante tras la fundación de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB) en 1944 y de la COB en 1952.
Antecedentes históricos
La reivindicación de un Instrumento Político propio de los Trabajadores (IPT) viene desde hace tiempo atrás pero ganó fuerza en 2003 cuando la revolución que había derrocado al gobierno neoliberal de Gonzalo Sánchez de Lozada planteó la posibilidad de que los trabajadores se hicieran cargo del poder a través de la COB.
Vale recordar que en Bolivia esta posibilidad estuvo planteada una y otra vez, en la revolución de 1952, luego en 1971, en 1985, y se repitió en el 2003, pero, debido al obstáculo de las direcciones traidoras que siempre prefirieron salidas en el camino de la conciliación de clases, los obreros nunca tomaron el poder.
La llegada al gobierno de Evo Morales y del MAS, en 2006, despertó enormes expectativas en la clase obrera, y más aún en los campesinos y pueblos indígenas y originarios, haciendo que la reivindicación de formar un IPT quedara en segundo plano. Aunque en los primeros años el gobierno hacía gala de un discurso nacionalizante y otorgaba algunas concesiones a los trabajadores, tras el pacto de 2008 con los representantes de la burguesía de la llamada “media luna” (hoy muy debilitada políticamente) para aprobar la Nueva Constitución Política del Estado, las cosas empezaron a cambiar.
De a poco, los trabajadores y sectores de los pueblos indígenas se fueron dando cuenta de que, tras el discurso de “refundación de Bolivia y el proceso de cambio”, el acuerdo del gobierno con la burguesía estaba al servicio de aprobar una Constitución que garantizaba la propiedad privada de los medios de producción en manos de la burguesía, los buenos negocios para las transnacionales, y la preservación del latifundio.
Luego, vinieron los ataques a los trabajadores a partir del 2010: primero con el intento de imponer una reforma laboral que facilitaba los despidos y restringía el derecho a la huelga. La respuesta fue el primer paro obrero en el gobierno de Morales, que logró frenar la reforma. En diciembre del mismo año Evo lanzó el “gasolinazo”, elevando los precios de los combustibles, favoreciendo las ganancias de las transnacionales y poniendo fin a la subvención en favor de la población. La medida desató una semana de luchas intensas en la calle, donde la ciudad de La Paz parecía un campo de guerra, y el gobierno tuvo que dar marcha atrás en la medida.
Los ataques del gobierno se extendieron en 2011 hacia los pueblos indígenas mediante la construcción de una carretera por dentro del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), obra que favorecía los intereses de las transnacionales petroleras y la constructora brasileña OAS. La brutal represión contra la marcha indígena que se resistía a la construcción de la carretera, y que fue ordenada por el gobierno, desató una ola nacional de apoyo a la marcha indígena; trabajadores, estudiantes y el pueblo en general salieron a las calles a recibir la marcha expresando su rechazo a la medida del gobierno. Hasta el momento, el gobierno no logra imponer la construcción de esa obra.
Frente a estos hechos, la FSTMB rescató en su XXXI Congreso Minero, realizado en la ciudad de Potosí, en septiembre de 2011, la resolución de que los trabajadores deberían construir su propio IPT frente al gobierno de Evo Morales. Esta resolución fue ratificada como mandato orgánico en el XV Congreso de la COB, en la ciudad de Tarija, en enero del 2012. Sin embargo, esta resolución venía siendo postergada, fundamentalmente por el rol de las dirigencias tanto de la COB, como de la FSTMB y de otras organizaciones sindicales que de manera solapada continuaron colaborando con el gobierno de Evo y el MAS, dando largas a la convocatoria para la fundación del IPT.
Fue la lucha de la clase obrera, durante el año 2012, defendiéndose de los ataques del gobierno pactados en una “Cumbre gubernamental con el sector de los empresarios”, lo que terminó de dar el impulso decisivo para concretar la construcción del IPT.
Las dos luchas más significativas de ese año, primero la de los trabajadores de la salud rechazando el intento de aumentarles la jornada laboral de 6 a 8 horas sin incorporarlos en la Ley General del Trabajo (LGT), y que luego de una huelga de casi tres meses hizo retroceder al gobierno y, después, el conflicto por la nacionalización 100% de la mina Colquiri, donde los trabajadores mineros lograron que pasase a manos del Estado sacándosela a la transnacional Sinchi Wayra (Glencore de Suiza) –aunque debido al abierto apoyo de Evo hacia los patrones cooperativistas no se logró que la nacionalización avance también en las áreas de la Cooperativa Minera 26 de Febrero, hoy en manos de un reducido grupo de pequeños mineros privilegiados–. Ambos conflictos pusieron en evidencia que este gobierno es anti-obrero, contrario a la nacionalización de las minas y a favor de las transnacionales y los patrones.
Fue a partir de esas luchas que se hizo fuerte, desde las bases mineras, fabriles, de la salud, la presión sobre la dirección de la FSTMB y de la COB para hacer efectiva la resolución de poner de pie un IPT. Estas direcciones convocaron entonces a una Conferencia política y sindical en la ciudad de Cochabamba, los días 17 y 18 de enero, que decidió convocar a un Congreso de Fundación del IPT, en el distrito minero de Huanuni.
El Congreso de Huanuni: un gran paso del
proletariado boliviano
Días previos a la
inauguración del Congreso, el gobierno, a través de su ministro de Trabajo vaticinó
el fracaso del evento, porque según ellos no existen razones para que la COB
organice su partido político. Pero la respuesta de los trabajadores a la
provocación gubernamental fue contundente. El 7 de marzo, el Congreso se inició
con una masiva marcha que acompañó a los cerca de 1.300 delegados llegados de
los 9 departamentos de Bolivia, representando a más de 40 sectores de los 63
afiliados a la COB. Sólo los sindicatos oficialistas y aquellos influidos por
el Partido Obrero Revolucionario (POR -Lora) no asistieron, pues el POR, por
ejemplo, sostiene, de forma autoproclamatoria, que no hay necesidad de un
partido con independencia del clase porque el partido de la clase obrera serían
ellos. La marcha cruzó todo el distrito minero de Huanuni, recibiendo aplausos
y el apoyo de la población; las clases fueron suspendidas durante los dos días
del Congreso, para alojar en las escuelas a los delegados y delegadas.
La inauguración del
Congreso contó con las palabras de representantes de la Federación de Mineros,
de la Confederación de Fabriles, de Trabajadores de Salud y de Trabajadores
Universitarios, entre otros, además del saludo de la Central Sindical y Popular-Conlutas
del Brasil (CSP-Conlutas), única organización sindical internacional que se hizo
presente para saludar la histórica decisión de los trabajadores bolivianos.
Durante los dos días del
Congreso, los más de 1.300 delegados debatieron en dos comisiones las
propuestas de documentos de principios, programa y estatuto, preparados
previamente por una Comisión Política.
Aunque muchas cosas
quedaron para ser precisadas en un seminario, que debe ser convocado en 20 días
y donde debe profundizarse el debate sobre la dirección y el funcionamiento
interno, se definió en el documento de estatuto que el nombre del IPT es Partido
de los Trabajadores (PT).
En cuanto a la cuestión
del programa aprobado, se puede afirmar, sin dudas, que es muy avanzado. Se afirma que el PT es un
partido antiimperialista, anticapitalista, y que tiene como tarea que los
trabajadores gobiernen el país a través de una revolución social. Se defiende
la necesidad del socialismo y el accionar tanto en la lucha directa como en la parlamentaria.
Defiende que los trabajadores deben ganar el poder político a través de una
revolución social. En este sentido, es un programa asentado en las tradiciones
de las Tesis de Pulacayo, votadas por la FSTMB en 1946 y que fueron una
conquista programática de la clase obrera boliviana, que se reflejó en la
revolución de 1952. También se declara independiente del gobierno y de los
patrones. Además, aclara en el documento aprobado, “que el PT no tiene
parentesco con el PT de Lula da Silva en Brasil, que traicionó a los
trabajadores brasileños”.
Precisamente, el debate
sobre la posición del PT frente al gobierno, fue uno de los más importantes y
vivos. El documento presentado por la
Comisión Política de la COB tenía la falencia de no defender la necesidad de la
independencia del PT frente al gobierno y los patrones. El debate se esclareció
en este punto, con la propuesta de documento presentada por los mineros de
Huanuni, que en coincidencia con nuestra Plataforma Política, reclamaba que el
PT debe ser independiente del gobierno y de los patrones. El debate llegó al
acuerdo de fusionar los dos documentos: el de Huanuni y el de la comisión
política de la COB.
Esta incorporación es una
gran conquista, en el sentido de superar las razones que llevaron a la derrota
experiencias como la del 1952. En efecto, durante esa heroica revolución, donde
la clase trabajadora organizada en la COB asumió un programa revolucionario
como el de Pulacayo y tuvo el poder en sus manos, la derrota se produjo porque
los dirigentes (Lechín, en ese entonces) convencieron a los obreros de entregárselo
a partidos políticos patronales, como el MNR de Paz Estensoro, que asumieron el
poder para desviar y derrotar la revolución.
Sobre la dirección, se
eligieron de forma provisoria 13 compañeros, representantes de los principales
sectores que conforman la COB. También se aprobó en el estatuto que en todos
los organismos del PT se deberá considerar 50% de los cargos para hombres y 50% para mujeres.
Respecto de su composición, se establece que la mayor parte deben ser mineros,
fabriles, maestros, trabajadores de la salud, etc., y que este mismo criterio
debe reflejarse en la dirección. El estatuto establece que se permitirá la
formación de grupos de opinión y tendencias al interior del PT, pero no de
corrientes políticas internas.
Ese último tema fue uno
de los más polémicos en la discusión de los estatutos, por dos razones: la
primera, por la intención de sectores burocráticos de las dirigencias, de tener
una estructura de partido sin una amplia democracia interna, restringiendo el
poder de las bases, para asumir ellos las principales decisiones del partido. La
segunda razón tiene que ver con la imagen que se forman los mineros de base sobre
la actuación de los partidos de izquierda, en particular del rol del POR boliviano
y de algunos grupos que se reivindican trotskistas. En el caso del POR, éste hizo
una campaña contra la construcción del PT, haciendo el juego al gobierno y
generando el rechazo a este partido de gran parte de los delegados que
asistieron al Congreso. En el caso de algunos grupos que se reivindican
trotskistas, terminaron actuando con una postura soberbia de querer dirigir a
los mineros y los demás sectores, lo que generó una enorme desconfianza en las
bases, actitudes ambas que en última instancia sirven para que las dirigencias
burocráticas justifiquen su proyecto de tener un control absoluto del IPT, sin corrientes
políticas y limitando las posibilidades para la crítica y el cuestionamiento
desde las bases.
Desde el grupo de la LIT
en Bolivia, Grupo Lucha Socialista-LIT (GLS - LIT-CI), nos agrupamos junto con
otros delegados de base en la Plataforma Política “PT de lucha y democrático”,
y defendimos como eje central en el tema estatutario, la más amplia
democracia y poder de decisión de las bases a través de la organización de
células de base dentro del PT, permitiendo la incorporación de millares de
trabajadores, jóvenes, campesinos y pueblos indígenas para el fortalecimiento
del PT. La plataforma “PT de lucha y democrático”, también se pronunció
por la absoluta independencia frente al gobierno de Evo Morales y de los
patrones, para cumplir las tareas planteadas en la revolución de octubre de
2003 que fueron abandonadas y traicionadas por Evo Morales y el MAS.
El papel de las mujeres
Fue fundamental la
participación y el papel de las mujeres trabajadoras, mineras, amas de casa, y
de la juventud, en todo el proceso previo y durante el Congreso. Fueron muchas
las compañeras delegadas y con destacada participación. Debido a este
importante papel, por ejemplo, se conquistó que la dirección sea paritaria
entre hombres y mujeres. En este sentido, fue importante, debido a la
coincidencia con el Día Internacional de la Mujer y a propuesta del GLS de la
LIT, la realización de un importante y emotivo acto con las mujeres obreras y
amas de casa que participaron del Congreso, reivindicando los derechos de las
mujeres.
La afirmación del PT es el gran desafío
El Congreso y la
fundación del PT son hechos que representan un avance enorme en el desarrollo
de la conciencia política y la independencia de clase en Bolivia.
Saludamos la construcción
de un partido con independencia de clase, que se presenta como oposición de
izquierda al gobierno de Frente Popular de Evo. Su importancia está dada por la
necesidad de agrupar a lo mejor del activismo sindical y popular y a todos los
sectores que luchan y hacen una experiencia con el gobierno de Evo, en una
organización política con independencia de clase y con democracia interna.
El PT es producto de la presión
de las bases a sus direcciones. Expresa una reorganización, no sólo sindical
sino política, por abajo, desde las bases. El sentimiento mayoritario en las
bases, durante el Congreso, fue el de construir una alternativa a la izquierda
del MAS, el de dotar a los propios trabajadores de su instrumento político, para
potenciar y fortalecer sus luchas en contra de los ataques del gobierno. Por otro
lado, en el Congreso se comprobó la vigencia y actualidad del debate histórico,
sobre que los trabajadores deben gobernar este país, agrupados alrededor de la
COB.
Sin embargo, el Congreso
de Fundación fue sólo un paso, todavía queda por delante la gran tarea de
consolidar esta conquista y afirmar el PT como un partido político de la clase
obrera y todos los sectores populares, al servicio de la intervención decidida
en las luchas del pueblo boliviano, colocándose y construyéndose como una
verdadera alternativa política frente al gobierno de Evo Morales y a toda la
derecha tradicional. Para esto, es necesario mantener como un principio la
independencia política, la autonomía financiera y una estructura interna con
amplia democracia obrera, para que sean las y los trabajadores quienes decidan
los rumbos del PT, apropiándose de este instrumento político, tanto en las
luchas como en las elecciones, para presentar candidaturas de luchadores/as
obreros/as frente a todas las variantes de la burguesía.
Es necesario llevar el PT
a todos los sindicatos de la COB y del país, asentarlo en las minas y en todos
los lugares de trabajo y estudio, incorporando a todos los trabajadores y
trabajadoras que ya hicieron la experiencia con Evo Morales, y principalmente
ganando a la gran masa que todavía hoy tiene ilusiones en el gobierno.
Desde la LIT-CI y el
Grupo Lucha Socialista, que nos pusimos al servicio de difundir ampliamente la convocatoria
al Congreso, hacemos un llamado a los trabajadores, a la juventud y a las mujeres
trabajadoras para que participen activamente en la construcción del PT, luchando
para que sea independiente, democrático y de lucha, y para que se construya
desde abajo, con sus raíces en la clase trabajadora.
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